Contexto histórico y autoría
Ahora que sabemos qué es un salmo, hablemos de su origen. El Libro de los Salmos es una colección de 150 poemas, canciones y oraciones distintas escritas a lo largo de siglos.
¿La persona que la mayoría de la gente asocia con los Salmos? El rey David. Sí, el mismo David que derrotó a Goliat. Los Salmos de David son algunos de los más conocidos y se le atribuye la autoría de al menos 73 salmos (aunque algunos sostienen que pudo escribir más). Sus salmos son algunos de los más famosos, y abarcan desde la victoria y la gratitud hasta la angustia y la desesperación.
Pero David no fue el único autor mencionado. ¿Quién escribió los salmos? Otros autores son:
- Asaf - Uno de los líderes de adoración de David, que escribió 12 salmos. Piense en él como el equivalente antiguo de un director de coro.
- Los Hijos de Coré - Un grupo de músicos del templo que escribieron al menos 11 salmos. Eran una especie de banda de alabanza que permaneció durante generaciones.
- Salomón - El hijo de David, el famoso rey sabio, escribió un par de salmos.
- Moisés - El que sacó a los israelitas de Egipto también escribió un salmo (Salmo 90). Hablando de multitarea.
- Escritores anónimos - Unos 50 salmos no tienen autor. Algunos eruditos tienen teorías, pero nadie lo sabe con certeza.
Todo esto importa, porque saber quién escribió los salmos (y cuándo), nos ayuda a entender su contexto. Algunos fueron escritos en tiempos de guerra, otros durante el exilio y otros en momentos de celebración. Eran los gritos del corazón de personas reales que vivían vidas reales.
Los Salmos también tenían una finalidad práctica. En aquella época no había ejemplares personales de la Biblia, así que estos cantos y oraciones se utilizaban en el culto, se transmitían de generación en generación y la comunidad los memorizaba. Eran el himnario de Israel, una forma de conectar con Dios, tanto a nivel individual como nacional.
Tipos de salmos
Ahora que sabemos de dónde proceden los salmos y quién los escribió, hablemos de los distintos tipos de salmos, porque no todos son iguales. Algunos están llenos de alegría y gratitud, mientras que otros parecen las anotaciones de un diario de alguien que ha tenido el peor día de su vida. Si alguna vez ha hojeado los Salmos y le ha parecido estar leyendo una mezcla de cantos de alabanza, desplantes personales y reflexiones poéticas, no se equivoca.
Los eruditos suelen agrupar los Salmos en varias categorías principales. He aquí el desglose:
1. Himnos de alabanza - "Dios, eres asombroso"
Estos son los salmos que se dedican por completo a la adoración. Son alegres, festivos y se centran por completo en alabar a Dios. Piensa en ellos como las canciones bíblicas definitivas de "todo es maravilloso". A menudo describen el poder, la creación y la fidelidad de Dios.
- Por ejemplo: Salmo 150 - "¡Que todo lo que respira alabe al Señor!" (Básicamente, si respira, debería estar adorando)
- Equivalente moderno: Canciones de adoración como "Qué grande es nuestro Dios" o "Hacedor de caminos"
2. Lamentos - "Dios, ¿dónde estás?"
Estos son los salmos para los días malos. Están llenos de emociones crudas: dolor, frustración, miedo y, a veces, incluso un poco de ira justificada. Los escritores no temen decirle a Dios exactamente cómo se sienten, pero normalmente hay un punto de inflexión en el que recuerdan Su fidelidad.
- Por ejemplo: Salmo 22 - "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Sí, Jesús lo citó en la cruz)
- Equivalente moderno: Canciones de lucha profunda, como "Oceans" de Hillsong o "You Say" de Lauren Daigle.
3. Salmos de Acción de Gracias - "¡Dios, gracias!"
Estos salmos tratan de la gratitud. A menudo comienzan describiendo una situación difícil, pero luego pasan a dar gracias a Dios por su ayuda, protección o bendiciones. Piense en ellos como testimonios personales de Dios.
- Por ejemplo: Salmo 107 - "Dad gracias al Señor, porque es bueno; para siempre es su misericordia"
- Equivalente moderno: Canciones como "Gratitude" de Brandon Lake o "Goodness of God" de Bethel Music.
4. Salmos Reales - "Dios, bendice al Rey"
Estos salmos se centran en los reyes de Israel -generalmente el rey David- o en la idea de la realeza en general. Algunos tratan de gobernantes terrenales, mientras que otros aluden al futuro Mesías (Jesús). Si la Biblia tuviera una lista de reproducción para coronaciones y ceremonias reales, estos salmos estarían en ella.
- Por ejemplo: Salmo 2 - "¿Por qué se enfurecen las naciones...?" (Un salmo profético que señala a Jesús como el Rey definitivo)
- Equivalente moderno: Más del estilo de un "himno nacional" que de una canción de adoración, pero llevan temas de liderazgo y soberanía de Dios.
5. Salmos de Sabiduría - "Así es como funciona la vida"
Estos salmos se parecen más a los Proverbios. Se centran en el bien y el mal, la sabiduría frente a la necedad y los beneficios de seguir los caminos de Dios. Son menos emocionales y más prácticos.
- Ejemplo: Salmo 1 - "Bienaventurado el que no anda con los impíos" (Un salmo clásico del tipo "elige el buen camino")
- Equivalente moderno: Canciones que se centran en la verdad y la guía bíblicas, como "Thy Word" de Amy Grant.
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El papel de los salmos en la adoración y la espiritualidad
La adoración en el antiguo Israel - La lista original de adoración
Supongamos que estás en el antiguo Israel, de pie en los atrios del templo. Hay una gran multitud, un coro de levitas dirigiendo la música e instrumentos llenando el aire: arpas, liras, címbalos. ¿Y en el centro de todo? Los Salmos. Estos cantos no eran sólo para la devoción personal. Eran parte esencial del culto público.
Algunos salmos se cantaban durante las fiestas, como los Cantos de los ascensos (Salmos 120-134), que los peregrinos entonaban mientras subían a Jerusalén. Otros, como el Salmo 30, se utilizaban en acontecimientos importantes, como la dedicación del templo. Había salmos para sacrificios, para celebraciones nacionales e incluso para momentos de dolor. Básicamente, si ocurría algo importante, probablemente había un salmo para ello.
Y como la mayoría de la gente no tenía copias personales de las Escrituras, los salmos eran una forma de enseñar y reforzar la fe. La gente no se limitaba a escucharlos, sino que los memorizaba. Si no sabías leer, podías cantar.
Los salmos en el culto cristiano: la tradición continúa
Unos siglos más tarde, la Iglesia primitiva retoma la tradición donde la dejó Israel. Muchos de los primeros cristianos eran judíos, así que, naturalmente, siguieron utilizando los Salmos en su culto. De hecho, durante mucho tiempo, los salmos fueron la música de culto, antes que los himnos, antes que las alabanzas modernas, antes que nada.
Los monjes de la Iglesia primitiva llevaron esto al siguiente nivel. Algunos recitaban los 150 salmos cada semana. (Los salmos también se convirtieron en una parte fundamental de la misa católica, la liturgia ortodoxa e incluso las tradiciones protestantes. Y seamos sinceros, siguen apareciendo por todas partes: enlas canciones de culto modernas, en los sermones, en las oraciones. ¿Alguna vez has cantado Bendice, alma mía, al Señor? Eso es directamente del Salmo 103.
Los salmos nunca se han desvanecido porque funcionan:capturan emociones humanas reales de una manera que conecta a través de culturas, idiomas y épocas.
Los salmos en la espiritualidad personal: cuando no tienes palabras
Aquí es donde los Salmos se vuelven realmente personales. No son sólo para las grandes reuniones de la iglesia; han sido un salvavidas para la fe individual durante siglos.
¿Alguna vez has tenido uno de esos días en los que ni siquiera sabes qué rezar? Los Salmos lo entienden. Tanto si estás rebosante de gratitud, agobiado por la ansiedad o te sientes completamente perdido, hay un salmo que lo expresa con palabras. Por eso la gente recurre a ellos en tiempos de crisis, de dolor o simplemente como devoción diaria.
¿La oración del Salmo 23? El clásico salmo de consuelo. ¿El Salmo 51? Perfecto para esos momentos en los que necesitas reiniciar tu vida. ¿Salmo 91? Un favorito para las oraciones de protección.
Algunas personas leen un salmo cada mañana para empezar el día. Otros rezan a través de ellos, haciendo suyas las palabras. Y algunos vuelven a los mismos una y otra vez, porque, de alguna manera, no importa lo viejos que sean, siguen hablando directamente a la vida real.
Temas teológicos en los Salmos
En lugar de limitarse a decir: "Dios es bueno", los Salmos nos muestran a alguien que se aferra a esa creencia cuando todo se desmorona. En lugar de afirmar: "Dios es justo", nos dejan oír los gritos crudos de la gente suplicando justicia. La teología en los Salmos no es sólo teoría: se vive en momentos reales, desordenados y humanos.
He aquí algunos de los principales temas que aparecen una y otra vez.
1. La naturaleza de Dios: ¿quién es realmente?
Los Salmos no tratan de explicar a Dios; lo declaran. Una y otra vez nos describen su carácter: es poderoso, es fiel, es misericordioso, es justo. Es un rey, un pastor, un refugio, un padre. Los Salmos pintan un cuadro de un Dios cercano, nouna fuerza distante, sino alguien profundamente involucrado en la vida de su pueblo.
- Salmo 103:8 - "El Señor es compasivo y misericordioso, lento para la ira, abundante en amor"
- Salmo 46:1 - "Dios es nuestro refugio y fortaleza, un auxilio siempre presente en la angustia"
Si alguna vez necesitas un recordatorio de quién es Dios, los Salmos son el lugar al que acudir.
2. La realidad de las emociones humanas - Está bien no estar bien
¿Una de las cosas más fáciles de entender de los Salmos? No endulzan nada. Algunos salmos son pura alegría, llenos de alabanza y gratitud. ¿Otros? Desesperación pura y dura. Los escritores se lo cuentan todo a Dios: rabia, frustración, duda, tristeza, incluso preguntas como: "Dios, ¿por qué me has abandonado? (Por cierto, eso es el Salmo 22. Jesús lo citó en la cruz)
La fe en los Salmos no consiste en tenerlo todo junto, sino en llevar ante Dios tu verdadero yo, sin importar cómo se vea.
- Salmo 13:1-2 - "¿Hasta cuándo, Señor? ¿Me olvidarás para siempre?"
- Salmo 42:11 - "¿Por qué, alma mía, estás abatida? ¿Por qué tan turbada dentro de mí?"
Esta es la razón por la que tanta gente recurre a los Salmos en tiempos difíciles. No sólo ofrecen consuelo, sino que nos recuerdan que Dios acoge nuestras emociones crudas y sin filtrar.
3. La justicia y el clamor para que Dios actúe
Los Salmos están llenos de oraciones por la justicia: súplicas para que Dios intervenga, arregle lo que está roto y se ocupe del mal. Algunos de estos salmos (llamados salmos imprecatorios) son muy intensos, y los escritores básicamente dicen: "Dios, ¿podrías ocuparte de esta gente terrible? (El Salmo 137 habla incluso de aplastar bebés contra las rocas, lo cual, sí, es incómodo, pero muestra lo profundo que era el dolor)
Estos salmos nos recuerdan que está bien querer justicia. Nos enseñan que llevar la ira, la frustración e incluso el deseo de venganza a Dios es mejor que intentar tomarnos la justicia por nuestra mano.
- Salmo 10:17-18 - "Tú, Señor, oyes el deseo de los afligidos; los alientas, y escuchas su clamor, defendiendo al huérfano y al oprimido"
- Salmo 94:1-2 - "El Señor es un Dios vengador. Oh Dios vengador, ¡resplandece! Levántate, Juez de la tierra; devuelve a los soberbios lo que merecen"
En otras palabras, Dios ve la injusticia, y se preocupa por ella.
4. La relación de alianza: la promesa de Dios y nuestra respuesta
A lo largo de los Salmos, verás este constante ir y venir: Dios es fiel, pero la gente es un desastre. Los Salmos nos recuerdan que Dios hizo un pacto -una promesa sagrada- con su pueblo. Él se mantiene fiel a ella, incluso cuando ellos no lo hacen.
Pero los Salmos también luchan con lo que significa seguirle. Nos recuerdan que la fe no consiste sólo en cantar alabanzas cuando las cosas van bien, sino en confiar en Él incluso cuando las cosas no tienen sentido.
- Salmo 89:34 - "No violaré mi pacto ni alteraré lo que han pronunciado mis labios"
- Salmo 119: 105- "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino"
Los Salmos pintan la fe como un viaje. No siempre es fácil, pero siempre merece la pena.