¿Qué ocurría en tiempos de Jesús?
El mundo del siglo I en el que vivió Jesús era una compleja mezcla de influencias religiosas, culturales y políticas. En el centro de este mundo se hallaba el monoteísmo judío, una creencia en un Dios todopoderoso que conformaba todos los aspectos de la vida y el pensamiento judíos. Esta creencia era tan fundamental para la identidad judía que cualquier sugerencia de que otra persona fuera divina se consideraba blasfema.
El único Dios de Israel: una creencia que lo definía todo
El judaísmo del siglo I estaba firmemente arraigado en la creencia en un único Dios, Yahvé, que se había revelado a los patriarcas, a Moisés y a los profetas. El Shemá, oración central del culto judío, declaraba: "Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor es uno" (Deuteronomio 6:4). Esta convicción monoteísta hacía casi impensable la idea de que un ser humano se arrogara la divinidad dentro de la sociedad judía. Sin embargo, este es precisamente el contexto en el que Jesús comenzó su ministerio.
Las enseñanzas y acciones de Jesús levantaron algunas cejas, por decir lo menos. Realizaba milagros, perdonaba pecados (algo que, según las creencias judías, sólo podía hacer Dios) y hablaba con una autoridad que sugería una relación única con Dios. Algunos de sus seguidores empezaron a verle no sólo como un profeta o un maestro, sino como alguien que encarnaba la presencia de Dios de un modo que nadie antes había hecho
Revolviendo la olla en un mundo monoteísta
Tras la crucifixión de Jesús y su supuesta resurrección, sus seguidores se enfrentaron a la tarea de dar sentido a quién era y a lo que había logrado. Por ejemplo, en Filipenses 2:6-11, Pablo describe a Jesús como alguien que tenía "la forma de Dios" y que había sido exaltado al más alto lugar de honor, donde toda rodilla debería doblarse ante Él, un nivel de reverencia reservado sólo para Dios en el pensamiento judío.
Estos primeros escritos cristianos nos muestran que la prueba de la divinidad de Jesús no fue una invención posterior, sino que estaba arraigada en las primeras reflexiones de sus seguidores. Se debatían sobre cómo encajar a Jesús en su concepción de Dios, lo que llevó al desarrollo de doctrinas que más tarde se convertirían en centrales en la teología cristiana, como la Trinidad.
Es Jesús Dios: Lo que dice la Biblia
Para encontrar una respuesta a la naturaleza de Jesús (divina, humana o ambas), vamos a volver a lo básico. Examinaremos las profecías del Antiguo Testamento y ciertos pasajes clave del Nuevo Testamento.
Profecías del Antiguo Testamento: ¿Indicaban la existencia de un Mesías divino?
El Antiguo Testamento,escrito siglos antes de Jesús, contiene numerosas profecías que los cristianos creen que indican la llegada de un Mesías-un salvador que redimiría a Israel y traería el reino de Dios. Pero, ¿sugirieron estas profecías que el Mesías sería divino?
Una de las profecías más citadas se encuentra en el libro de Isaías. Isaías 7:14 menciona a una virgen que concebirá y dará a luz un hijo, y su nombre se llamará "Emanuel", que significa "Dios con nosotros". Los cristianos interpretan esto como una referencia a Jesús, viéndolo como una indicación de que el Mesías encarnaría la presencia de Dios de una manera única.
Otro pasaje clave es Isaías 9:6, donde el Mesías es descrito como un "Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz". Los títulos aquí son sorprendentes, especialmente "Dios Poderoso", que sugiere algo más que un simple líder humano.
Sin embargo, es importante señalar que estas interpretaciones no son universalmente aceptadas. Los eruditos judíos, por ejemplo, suelen entender estos pasajes de forma diferente, ya que consideran que se refieren a acontecimientos y figuras dentro del contexto del antiguo Israel, y no como predicciones de un Mesías divino.
Dios frente a Jesús: ¿qué dicen los Evangelios?
En el Nuevo Testamento es donde más directamente se defiende la divinidad de Jesús. Los cuatro Evangelios-Mateo, Marcos, Lucas y Juan-cada uno presenta a un Jesús bíblicamente exacto de una manera que enfatiza su relación única con Dios. Pero es en el Evangelio de Juan donde se encuentran las afirmaciones más fuertes sobre la divinidad de Jesús.
Juan 1:1-14 es quizás el pasaje más famoso. Comienza así: "En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios". Este pasaje identifica a Jesús (el Verbo) no sólo con Dios, sino como Dios mismo. Es una afirmación clara y directa de que Jesús es divino. Más adelante, en el mismo capítulo, Juan escribe que "el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros", lo que los cristianos entienden como la encarnación: Dios se hace humano en la persona de Jesús.
Los Evangelios también recogen varios casos en los que Jesús realiza acciones que, según las creencias judías, sólo Dios podía hacer. Por ejemplo, en Marcos 2:1-12, Jesús perdona los pecados de un hombre, lo que lleva a los líderes religiosos a preguntarse: "¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?". La capacidad de Jesús para perdonar pecados, calmar tormentas y resucitar a los muertos son signos de su autoridad divina.
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Los títulos y nombres de Jesús
Los nombres y títulos que se dan a Jesús a lo largo del Nuevo Testamento también tienen un peso significativo a la hora de hablar de su divinidad. Títulos como "Hijo de Dios", "Señor" y "Mesías" no eran meros títulos honoríficos. Tenían un significado.
- Hijo de Dios: Mientras que otros en la Biblia son llamados "hijos de Dios" (como ángeles o reyes), el uso de este título por parte de Jesús, especialmente en el Evangelio de Juan, sugiere una relación única e íntima con Dios Padre. En Juan 10:30 se narra que Jesús dijo: "Yo y el Padre somos uno", lo que su audiencia entendió como una afirmación de divinidad, ya que inmediatamente le acusaron de blasfemia.
- Señor: En el mundo grecorromano, "Señor" (griego: Kyrios) era un título de autoridad, utilizado a menudo para dioses y emperadores. Los escritores del Nuevo Testamento utilizan con frecuencia este título para referirse a Jesús, dando a entender que tiene la misma autoridad divina que Dios. Por ejemplo, en Romanos 10:9, Pablo escribe que si "declaras con tu boca: "Jesús es el Señor", y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo".
- Mesías (Cristo): El término "Mesías" o "Cristo" significa "ungido". Aunque este título se refiere principalmente a Jesús como el libertador prometido de Israel, la forma en que se utiliza junto con los demás títulos y descripciones del Nuevo Testamento refuerza la idea de que este Mesías no es sólo un salvador humano, sino divino.
Estos nombres y títulos, combinados con las acciones y enseñanzas de Jesús recogidas en el Nuevo Testamento, proporcionan una base sólida para la creencia en su divinidad entre los cristianos. Sin embargo, afirmar que es Dios puede resultar un poco exagerado para la mayoría de los teólogos.
¿Tiene sentido decir que Jesús es a la vez Dios y hombre?
Uno de los mayores retos de la teología cristiana es el concepto de la Encarnación, la creencia de que Jesús es a la vez totalmente Dios y totalmente humano. A primera vista, esto puede parecer contradictorio. Después de todo, ¿cómo puede una persona ser a la vez infinita (como Dios) y finita (como ser humano)? ¿Cómo puede alguien ser omnisciente y, sin embargo, experimentar limitaciones humanas como el hambre, la fatiga e incluso la muerte?
Los filósofos y teólogos han luchado con esta cuestión durante siglos. Un enfoque es el conocido como "kenosis", basado en un pasaje de Filipenses 2:7, que dice que Jesús "se vació a sí mismo" al tomar forma humana. Algunos teólogos interpretan que, al hacerse humano, Jesús renunció voluntariamente a algunos de sus atributos divinos, como la omnisciencia o la omnipresencia, para experimentar plenamente la vida como humano.
Otro enfoque filosófico es el concepto de "unión hipostática", un término del Concilio de Calcedonia (451 d.C.) que describe la unión de las naturalezas divina y humana de Jesús en una sola persona. Según este punto de vista, Jesús tiene dos naturalezas distintas -una divina y otra humana- que coexisten sin mezclarse ni cambiar. Esta idea intenta preservar la plena divinidad y humanidad de Jesús sin crear incoherencias lógicas.
Para muchos cristianos, el misterio de la doble naturaleza de Jesús como Dios y como hombre se acepta como una cuestión de fe. La idea de que algunos aspectos de la naturaleza de Dios están más allá de la comprensión humana es un tema común en la teología cristiana. Desde esta perspectiva, la encarnación se considera un misterio divino, algo que puede comprenderse parcialmente a través de la filosofía y la teología, pero que en última instancia requiere la fe para ser aceptado plenamente.
Preguntas de la comunidad sobre Jesús
¿Quién es Jesús?
Jesús de Nazaret es una figura central del cristianismo, que los cristianos creen que es el Hijo de Dios y el Mesías (Cristo) largamente esperado y profetizado en el Antiguo Testamento. Fue un maestro y predicador judío del siglo I crucificado por los romanos en torno al año 30-33 d.C. Los cristianos creen que Jesús resucitó de entre los muertos tres días después de su crucifixión, lo que confirma su naturaleza divina y su misión de traer la salvación a la humanidad.
¿De dónde es Jesús?
Jesús nació en Belén, una pequeña ciudad de Judea, que ahora forma parte del actual Israel. Sus padres fueron María y José, y creció en la ciudad de Nazaret, en Galilea, por lo que a menudo se le conoce como Jesús de Nazaret.
¿Es Jesús el Hijo de Dios?
Sí, según la creencia cristiana, Jesús es el Hijo de Dios. Este título refleja su relación única con Dios Padre, enfatizando que comparte la misma naturaleza divina. El Nuevo Testamento se refiere frecuentemente a Jesús como el Hijo de Dios, particularmente en los Evangelios y en los escritos del Apóstol Pablo.
¿Es Jesús Dios?
La doctrina cristiana enseña que Jesús es realmente Dios. Esta creencia está arraigada en el concepto de la Trinidad, que sostiene que Dios existe como tres personas -Padre, Hijo (Jesús) y Espíritu Santo- pero es uno en esencia. Varios pasajes del Nuevo Testamento, como Juan 1:1 ("El Verbo era Dios") y Juan 10:30 ("Yo y el Padre somos uno"), afirman esta creencia.
¿Son Dios y Jesús la misma persona?
En la teología cristiana, Dios y Jesús no son la misma persona, sino personas distintas dentro de la Trinidad. La doctrina de la Trinidad explica que Dios es uno en esencia pero existe en tres personas: Dios Padre, Dios Hijo (Jesús) y Dios Espíritu Santo. Ellos son distintos pero completa e igualmente Dios, compartiendo la misma naturaleza divina.
¿Cuál es la diferencia entre Dios y Jesús?
Dios y Jesús difieren en sus roles y relación dentro de la Trinidad. Dios Padre es la fuente de toda la creación, Jesús (Dios Hijo) es el Verbo encarnado que se hizo humano para salvar a la humanidad, y el Espíritu Santo es la presencia y el poder de Dios activo en el mundo de hoy. Aunque desempeñan diferentes funciones, todos son igualmente Dios y comparten la misma esencia divina.
¿En qué parte de la Biblia se dice que Jesús es Dios?
Varios pasajes del Nuevo Testamento sugieren la divinidad de Jesús. Los versículos clave incluyen:
- Juan 10:30: "Yo y el Padre somos uno."
- Filipenses 2:6: "[Jesús], siendo en su misma naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo de lo que pudiera aprovecharse."
- Colosenses 2:9: "Porque en Cristo vive corporalmente toda la plenitud de la Deidad."
Estos y otros pasajes constituyen la base de la creencia en que Dios y Jesús son uno.
¿Cómo describe la Biblia a Jesús?
La Biblia describe a Jesús de varias maneras, reflejando su carácter, misión y divinidad. Se le llama "Hijo de Dios", "Hijo del Hombre", "Mesías", "Señor", "Salvador" y "Verbo hecho carne". Los Evangelios lo describen como un maestro compasivo, un hacedor de milagros y un salvador sacrificado que vino a reconciliar a la humanidad con Dios.
¿Por qué se llama a Jesús Hijo del Hombre?
El título "Hijo del Hombre" es uno de los que Jesús utilizó con frecuencia para sí mismo. Tiene sus raíces en el Antiguo Testamento, especialmente en el libro de Daniel (Daniel 7:13-14), donde Dios otorga autoridad y un reino eterno a "uno como un hijo de hombre". Al usar este título, Jesús se identificaba con esta figura profética, enfatizando tanto su humanidad como su papel en el plan de salvación de Dios.