Sabiduría antigua en un mundo nuevo y la verdad inmutable de Dios
Antes de que fueran infografías de Instagram o estuvieran escondidas en libros de texto de teología, las siete virtudes celestiales estaban pensadas para ayudar a la gente a no perder el alma.
Alrededor del siglo IV, un poeta cristiano llamado Prudencio escribió una vívida pieza llamada Psychomachia, un poema de batalla donde las virtudes personificadas luchan contra los vicios por el alma humana. Más tarde, la Iglesia agrupó oficialmente estas virtudes como los contrapesos positivos a los siete pecados capitales.
Pero estas virtudes no eran meros consejos morales medievales. Estaban arraigadas en las Escrituras.
Por ejemplo, la humildad. Mientras que filósofos antiguos como Aristóteles valoraban la moderación y el honor, la Biblia dice lo contrario:
"Todos los que se enaltecen serán humillados, y los que se humillan serán enaltecidos" (Lucas 14:11, NRSV-CE)
En un mundo que a menudo rinde culto a la autopromoción, eso es bastante radical.
Incluso fuera del cristianismo, las culturas han perseguido la virtud de diferentes formas. El budismo hace hincapié en la compasión y el desapego. El estoicismo celebra la templanza y la resistencia. Pero ninguno de estos sistemas refleja el núcleo relacional de la virtud bíblica.
La Biblia no sólo nos dice que seamos "buenos" por nuestra propia paz. Nos dice que amemos porque Dios nos amó primero (1 Juan 4:19, NRSV-CE). Eso es algo totalmente distinto.
Las siete virtudes son formas prácticas de reflejar el carácter de Cristo. No pretenden elevarte para que seas moralmente impresionante. Su propósito es convertirte en alguien que refleje el corazón del Evangelio.
Conoce las Siete Virtudes: Tu Nueva Brújula Interior
Las siete virtudes celestiales no fueron concebidas para decorar vidrieras. Cada una ofrece un contrapunto al caos de la vida moderna, y cada una nos acerca al carácter de Cristo. He aquí lo que realmente significan:
1. Castidad - Integridad, no sólo abstinencia
La castidad no tiene que ver con la vergüenza o la represión, sino con la integridad. Se trata de vivir de una manera que respete el carácter sagrado de nuestros cuerpos y el propósito más profundo de la intimidad. En la Biblia, la castidad no se presenta como una restricción, sino como una forma de honrarnos a nosotros mismos y a los demás.
Pablo escribe:
"Porque esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: que os abstengáis de fornicar; que cada uno de vosotros sepa dominar su propio cuerpo en santidad y honor" (1 Tesalonicenses 4:3-4, NRSV-CE).
Pablo está hablando de propósito. La castidad significa no tratar a las personas como objetos, incluidos nosotros mismos.
Y Jesús lo deja aún más claro:
"Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer con lujuria ya ha cometido adulterio con ella en su corazón" (Mateo 5:28, NRSV-CE).
La castidad nos llama a ir más allá del comportamiento, a la postura del corazón. En una cultura que confunde la gratificación instantánea con el amor, la castidad nos recuerda que la verdadera intimidad comienza con el honor, la paciencia y la confianza.
2. Templanza - La fuerza para decir "basta"
En una cultura que nos empuja a excedernos en todo, la templanza nos invita a hacer una pausa, a elegir el equilibrio en lugar de la indulgencia. La Biblia no trata esto como algo opcional.
"Como una ciudad abierta, sin murallas, es el que carece de templanza " (Proverbios 25:28, NRSV-CE).
Sin templanza, somos vulnerables, no sólo a la tentación, sino a ser gobernados por nuestros impulsos. Pablo va más allá:
"Los atletas ejercen dominio propio en todas las cosas... pero nosotros uno imperecedero" (1 Corintios 9:25, NRSV-CE)
Si nuestro propósito es eterno, nuestra disciplina debe reflejarlo. La templanza significa que no dejas que el deseo dirija el timón. Deja espacio para lo que conduce a la paz.
3. Caridad - Amor que te mueve
La caridad no consiste sólo en dar cosas. Se trata de cómo te presentas: con tu tiempo, tu corazón, tu presencia. La Biblia lo deja claro: sin amor, todo lo demás no es más que ruido.
"Si doy todo lo que tengo... pero no tengo amor, nada gano" (1 Corintios 13:3, NRSV-CE).
La caridad significa algo más que extender un cheque. Es el tipo de amor que actúa, incluso cuando te cuesta. Santiago lo expresa de esta manera: " La fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta" (Santiago 2:17, NRSV-CE).
La caridad nunca tiene que ver sólo con nosotros:
"Nosotros amamos porque Él nos amó primero" (1 Jn 4,19).
La caridad es cómo respondemos al amor que se nos ha dado. No es una actuación. No es un espectáculo. Es una forma de vivir que dice: "Tú importas, porque Dios dice que importas"
Representación de la caridad entre dos mujeres
4. Diligencia - Aparecer, incluso cuando es difícil
La diligencia es la elección silenciosa de seguir adelante, no porque tengas que hacerlo, sino porque sabes que es importante. La Biblia no idealiza el trabajo, pero honra la fidelidad.
"Cualquiera que sea vuestra tarea, ocupaos en ella como si lo hicierais para el Señor y no para vuestros amos" (Colosenses 3:23).
No se trata de la cultura del ajetreo. Haces lo que se te ha encomendado con integridad, aunque no sea llamativo.
"La mano del diligente dominará, mientras que el perezoso será puesto a trabajos forzados" (Proverbios 12:24, NRSV-CE).
La diligencia consiste en tomar las riendas de tu vida, de tus decisiones y de tu vocación, sin esperar a que se den las condiciones perfectas.
Si te la saltas, corres el riesgo de ir a la deriva con el piloto automático. Pero abrázala, y puede que construyas algo duradero.
5. Paciencia - Aprender a esperar bien
La paciencia no consiste sólo en esperar, sino en cómo esperar. La Biblia no dice que esperar sea fácil. Pero sí dice que es necesario.
"Sé paciente en el sufrimiento, persevera en la oración" (Romanos 12:12, NRSV-CE).
La paciencia es lo que te mantiene firme cuando la vida parece un atasco, cuando las oraciones no son atendidas, cuando los planes se vienen abajo, cuando la gente te decepciona. Santiago pone como ejemplo a Job:
"Habéis oído hablar de la paciencia de Job, y habéis visto el propósito del Señor" (Santiago 5:11, NRSV-CE).
Sin paciencia, exigimos respuestas en nuestros plazos. Pero con paciencia, confiamos en que el tiempo de Dios, aunque rara vez es el que esperamos, siempre está trabajando para algo más grande de lo que podemos ver.
6. Bondad - Gentil no es débil
La bondad es la fuerza que elige la dulzura. La Biblia nos recuerda:
"Sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios os perdonó a vosotros en Cristo" (Efesios 4:32, NRSV-CE).
La bondad es el reflejo del corazón de Dios. "
¿No os dais cuenta de que la bondad de Dios tiene por objeto llevaros al arrepentimiento?" (Romanos 2:4, NRSV-CE).
Nos convertimos en un lugar seguro para los demás porque Dios lo ha sido para nosotros. En un mundo que se apresura a criticar, la bondad es la respuesta inesperada que desarma la ira y abre puertas.
7. Humildad - Saber quién eres (y quién no eres)
Ser humilde no significa considerarse inútil. Humildad es saber que no eres el centro del universo. Es verte a ti mismo con claridad, sin necesidad de demostrar nada.
Jesús lo dijo de esta manera:
"Todos los que se enaltecen serán humillados, y los que se humillan serán enaltecidos" (Lucas 14:11, NRSV-CE).
Cuando haces que todo gire en torno a ti, pierdes de vista la historia más grande.
Pablo menciona:
"Nada hagáis por ambición egoísta o por vanagloria; antes bien, con humildad, tened a los demás por superiores a vosotros mismos" (Filipenses 2:3, NRSV-CE).
Eso es difícil en un mundo que premia la autopromoción. Pero la humildad deja espacio para que los demás brillen y nos recuerda que no somos Dios.
Apropiate de Dios hoy
4.9
Calificación promedio
|Más de 5 millones de descargas
Reflexiones finales
Vivir con un propósito no sucede por accidente. Se forja en los momentos tranquilos en los que decides callarte, dar la cara cuando es difícil o dar gracia cuando estás cansado.
Las siete virtudes no son una lista de control ni un marcador moral. Son una forma de vivir que refleja lo que la Biblia ha estado enseñando todo el tiempo: amar a Dios y amar bien a los demás.
Si lo piensas, cada virtud apunta a algo más grande que ser una "buena persona" Se trata de reflejar el carácter de Cristo, que nos mostró cómo son la paciencia, la bondad, la humildad y el amor en el mundo real.
Si tienes curiosidad por profundizar en estas virtudes, o quieres explorar cómo la Biblia responde a tus propias preguntas sobre la vida y el propósito, echa un vistazo a la aplicación Bible Chat. Es una forma sencilla de adentrarte en las Escrituras, reflexionar sobre lo que significan para tu vida y encontrar respuestas sinceras.
Mujer humilde estudiando la Biblia
Referencias
- La Santa Biblia, Nueva Versión Católica Revisada. San Francisco: HarperOne, 1993.
- Hauerwas, Stanley, y Charles Pinches. Cristianos entre las virtudes: Conversaciones teológicas con la ética antigua y moderna. Notre Dame, IN: University of Notre Dame Press, 1997.
- Kotva, Joseph J. The Christian Case for Virtue Ethics. Washington, DC: Georgetown University Press, 1996.
Fuente de las imágenes: Midjourney.com